jueves, 10 de febrero de 2011

La dejadez mediática

Últimamente he visto con algo de preocupación como los medios de comunicación en nuestro país se han despreocupado de hacer las cosas bien por hacerla YA, así cada día es más común en Honduras encontrar desde errores hasta horrores en la forma como nos presentan todo. Me decía mi papá que hace algunos años si tenía duda en una palabra o en la fecha del día bastaba con acercarse a un diario y salir de la duda, pero ahora que todo se mueve a puro "copy y paste" (copiar y pegar) ya ni en eso son confiables los medios.¿Como irán a aprender las nuevas generaciones cuando no existe la menor intención de hacer las cosas bien? Para ejemplo las últimas 3 cosas que he encontrado y que mas que informar, deforman.
1. Cable color esta anunciando hasta la saciedad que ahora son "los únicos en Centroamérica en ofrecer internet Docsis 3.0" y que con este se puede navegar a velocidades de hasta 300 mb/s. He aquí el gran error; la convencion mundial nos indica que una m (minúscula) representa mili, o sea 1/1000 de unidad, pero ellos dicen verbalmente que son 300 Mega bits por segundo, es decir que deberían colocar Mb/s, ya que M (mayúscula) es la convención para Mega (1 millón), algo muy distinto.
2. En un nuevo anuncio televisado de Emisoras Unidas (HRN y compañía) donde exponen sus avances tecnológicos sacan un mapa de Honduras que no tengo la menor idea de donde lo sacaron, esta tan mal hecho que Gracias a Dios se come parte de Colon y este hace desaparecer todo el departamento de Atlántida solo por mencionar lo mas grave ya que ningún departamento tiene sus limites en orden. Como el mapa pasa fugazmente me ha costado identificar mas errores, pero eso si, estoy seguro que no corresponde a mapas de la división territorial de Honduras en la historia, mucho menos a la actual.
3. Aunque suele considerarse menos grave, un anuncio de Televicentro utiliza la similitud fonética de la letra C para decir (y mostrarla por escrito) que algo (no me pregunten que anuncian) "C" siente, "C" comprende, etc.

Mas allá de la pereza mental y de las malas costumbres en las que la gente abrevia de cualquier forma su escritura, sobre todo al comunicarse por mensajes de texto, todos estos errores deforman ya que van marcando sobre todo a aquellos mas vulnerables, lo que nos llama a los demás a estar mas atentos para que estas desviaciones afecten a menos personas.

Les dejo con la inquietud.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Pasos a seguir en la renovación de la licencia de conducir, Tegucigalpa Honduras

Hoy (02/02/2011) renové mi licencia y he encontrado que el trámite resulta mas engorroso porque nadie explica bien los pasos a seguir. Decidí facilitarle la vida a quien lea esto.
Respecto a los costos y requisitos del trámite pueden ver estas páginas:

http://direccionnacionaldetransito.gob.hn/wp-content/uploads/2009/06/lista.jpg

http://direccionnacionaldetransito.gob.hn/tramites-y-servicios/requisitos-licencia-2


1)En primer lugar se debe tomar un examen médico y de la vista, no es requisito que sea hecho en una de las clínicas que están dentro del predio de la DNT, pero lo recomiendo por lo rápido. Eso si, es favorable si este examen se lo hacen un día antes para acelerar el proceso. Las clínicas allí ubicadas funcionan de 7:00 am- 4:00 pm. Esto les tomará unos 20 min por máximo.El costo de estos exámenes es de L. 100.00 (cien Lempiras)

2)Luego deben hacer fila para las ventanillas 1,2 y 3 (una fila que se divide en 3 ventanillas, entiéndase un mesón con 3 personas atendiendo). Allí deben entregar el resultado del examen médico y su licencia vencida, se muestra la identidad.

3)A continuación pasan a la ventanilla del banco Atlántida ubicada allí mismo. No se confundan, hay agencia de Banadesa pero esa ventanilla solo recauda por esquelas. (estos bancos deben ser las ventanillas 7 y 8 (las de esquelas son 4-6). Conserven su identidad y la copia del recibo de pago a mano.Ambos bancos trabajan de 8:00 am- 4:00 pm.

4) Deben regresar al mesón de las ventanillas 1-3 y allí les regresan su licencia vencida engrapada al examen médico. También manténganla a mano.

5) Busquen el final de la fila mas larga, generalmente sale del edificio por la puerta principal, hace una cola de unas 50-60 personas en zig zag, luego otras 30 en fila de sillas frente a la puerta del salón de fotografía y otra fila de sillas de 30 personas dentro de ese salón.

6) Las ventanillas 9 y 10 son las de fotografía para el ciudadano común, la ventanilla 11 es para tercera edad, primera vez y casos problemáticos; aunque a veces la 11 atiende casos comunes al estar desocupada.

7) Al llegar a la ventanilla de fotos les van a pedir los documentos que tienen a mano; la copia del recibo de pago, la licencia vieja engrapada al examen médico y mostrar la identidad. Les preguntarán estado civil, dirección de residencia, teléfono y tipo de sangre. Allí les toman la foto.

8) Pasan a la ventanilla 14 (no se donde estaban la 12 y 13) que se ubica en una ventana a la izquierda de la puerta principal por la parte de afuera. Allí reciben su licencia nueva.

El proceso de tomarse la foto tarda aproximadamente 3 minutos/2 personas frente a ustedes en esa fila, así que recomiendo hacer números cuando hagan esta fila. Al menos en estos momentos que esta saturado y atrasado el sistema no están haciendo descanso al 1/2 día y trabajan de corrido.

lunes, 31 de enero de 2011

Un ángel guardián

Esta es una historia real y solo cambié nombres de personas y lugares para hacer prevalecer la privacidad de quienes vivieron la experiencia.

Hace unos días me vi por casualidad con 2 amigas, Marta y María; luego de un rato de platicar banalidades, caímos en una historia mas profunda y me contaba Marta que en un viaje programado con la clase de historia en su primer año de universidad (antes de la existencia de celulares en Honduras) le sucedió lo siguiente: " Le había pedido a María que me acompañara a ese viaje ya que unos días antes había sufrido un esguince y me movilizaba con muletas. Salimos a las 6 am de casa y mis papás y hermano dormían por lo que no pudimos despedirnos; todo el recorrido por los museos y plazas de Comayagua fueron relativamente placenteros, pero regresaba cansada así que le pedí a María que se adelantara al bus para guardar un asiento en el que solo fuésemos nosotras. Me sorprendió y me molestó que cuando llegue al bus María se había sentado junto a un muchacho, le pedí que nos moviéramos a un asiento del otro lado del bus que me parecía mas confortable y el que estaba vacío, ella me dijo que no, que allí nos quedaramos. De mala gana accedí y me senté entre el joven (que iba en la ventana) y mi hermana. Después de un rato de venir en silencio empecé a tratar de iniciar conversación con aquel muchacho y me llamó la atención que durante todo ese tiempo, a la ida y durante el recorrido en Comayagua, no lo había visto. Como para seguir clichés inicié con temas como el clima, el paisaje, etc, pero me llamaba la atención que sus respuestas eran lo mas simples posibles; "si, no, tal vez, aja" y que no dejó de ver hacia la calle, nunca le vi la cara; cuando íbamos llegando a Zambrano le dije que gracias a Dios ese viaje tan cansado ya iba a terminar, que como habíamos salido a las 3 pm y por la hora que era seguro llegaríamos antes de las 5 pm a Tegucigalpa; el solo me respondió con un contundente NO, yo quise insistirle y le decía que porque si ya íbamos por Zambrano, pero el solo me dijo que NO, allí dejé de conversar.
Unos kilómetros mas adelante, cuando bajábamos de Bosques de Zambrano al valle de Amarateca, el conductor del bus volvió su mirada hacia atrás y le pidió al del primer asiento que tomara a su hijo quien le acompañaba y lo llevara para atrás, luego se dirigió al resto y viéndonos a través del retrovisor nos comunicó que iba sin frenos.
Los segundos siguientes me parecieron eternos, el conductor empezó a chocar el bus contra el paredón, el ruido que se provocaba fue ensordecedor y mi acompañante me tomó de la cadera y me sujetó fuertemente, al final de unos segundos el bus se detuvo; buena parte de la otra fila estaba dañada pero el asiento donde yo había propuesto sentarnos estaba totalmente destruido.

Después de bajarnos y agradecer que ningún pasajero estuviese lesionado empecé a buscar a mi compañero de asiento; a medida transitaba entre todos y no lo encontraba empecé a preocuparme y aunque lo describí a varios (alto, pelo colocho claro, tez blanca y con una camiseta color piel) nadie parecía recordarlo, inclusive unas amigas sentadas atrás nuestro me dijeron que aunque íbamos en asiento para 3 solo nos sentamos María y yo, nadie nos acompañaba.

Mi sorpresa fue mayor aún cuando por fin llegamos a casa y mi papá nos contó que ese día se había despertado unos minutos después de nuestra partida ya que había soñado que María y yo moríamos en un accidente, entre preocupado y proactivo, se puso a orar y le pidió a Dios que no nos pasara nada, que enviara un ángel guardián a protegernos..."

En fin, les comparto porque es una historia que al menos a mi me hizo recordar la bondad de Dios y la presencia de los ángeles en nuestra vida.

martes, 18 de enero de 2011

Dios llora en la tierra

Una entrevista al cardenal Oscar Andres Rodriguez, muy completa, esta originalmente en 2 partes, yo la comparto en una sola.



ROMA, domingo, 16 de enero de 2011 (ZENIT.org).- El cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga cuenta que uno de sus grandes amores es formar seminaristas en su camino al sacerdocio. Añade que la primera pregunta que hace a estos jóvenes es sobre su amor a Cristo, puesto que un sacerdote "no está siguiendo una idea o una teoría o solo a una persona del pasado", sino "a Cristo vivo que está en medio de todos nosotros y que nos llama cada día".

Esta es una de las reflexiones que el cardenal hondureño, arzobispo de Tegucigalpa y presidente de Caritas Internationalis, hace en la primera parte de esta entrevista, en la que habla de su vocación salesiana y la devoción mariana de los hondureños.

En la segunda parte, que ZENIT publicará el lunes, 17 de enero, el cardenal Rodríguez Maradiaga hablará de la corrupción en América Latina y de la esperanza que suponen sus jóvenes.

--Usted entró en los salesianos a la edad de 19 años. ¿Sintió usted su vocación a una edad temprana?

--Cardenal Rodríguez Maradiaga: Tenía 10 años. Estaba entonces en la escuela secundaria y quise ir al aspirantado cuando tenía 12 años, al terminar la secundaria, pero mi padre me dijo: "No, no irás porque eres demasiado vivo y te mandarán a casa al primer día". Comprendí después que tenía razón. Y me dijo: "Cuando termines el instituto te llevaré al seminario". Y así fue la historia. Entré como aspirante. Fui aceptado, y luego fui al noviciado y entré como salesiano a la edad de 18 años.

--¿Quién o qué fue decisivo a la hora de adoptar esta decisión?

--Cardenal Rodríguez Maradiaga: Tuve la gran suerte de estudiar en un colegio salesiano. Me impresionaba el cuidado que tenían por nosotros los jóvenes. El espíritu que había en nuestra escuela era jugar, cantar, rezar y estudiar mucho. Se nos tenía que echar de la escuela cuando acababa el día porque no queríamos irnos a casa. Teníamos un hermoso espíritu. Y un día el director, que luego sería mi antiguo arzobispo, cuando venía de misa me preguntó: "¿Querrías ser sacerdote?". Y le dije: "Por supuesto". Y así fue.

--Usted ha dicho que uno de sus grandes amores era enseñar en el seminario. ¿Cuál es la primera pregunta que le haría a un joven que le expresara interés por entrar en el seminario?

--Cardenal Rodríguez Maradiaga: Lo primero es su amor por Cristo, porque esta es la clave. No estás siguiendo una idea o una teoría o solo a una persona del pasado. Estás siguiendo a Cristo vivo que está en medio de todos nosotros y nos llama cada día. Así que esa sería la primera pregunta.

--Usted ha dicho que hay dos cosas que unen al pueblo hondureño: el equipo de fútbol y Nuestra Señora de Suyapa. ¿Puede hablarnos de Nuestra Señora de Suyapa y qué amor tienen los hondureños por Nuestra Señora?

--Cardenal Rodríguez Maradiaga: Bien, es una imagen pequeña. Sólo tiene seis centímetros de alto. Es una imagen de madera que fue encontrada en 1747, cuando nuestro pueblo "se estaba disolviendo". Se ha calculado que cuando los españoles llegaron en 1502 sólo había 200.000 hondureños. ¿Por qué? Porque en el siglo VIII los emigraron a Guatemala y luego a Yucatán, dejando la tierra casi abandonada y vacía. Algunos dicen que hubo una guerra entre las tribus, otros dicen que fue una epidemia, otros dicen que "El Niño" había agotado la tierra y no fue posible cultivar más. En cualquier caso, el hecho es que habían quedado muy pocos y nuestra nacionalidad desaparecía. En este contexto, se encontró a Nuestra Señora. Se descubrió la imagen.

--¿Es una imagen milagrosa?

--Cardenal Rodríguez Maradiaga: Sí, es muy milagrosa. Es una imagen de madera que dos campesinos que dormían al abierto encontraron en la montaña. Un joven sintió algo en su espalda. Lo arrojó tres veces (pero siguió sintiéndolo en su espalda) y la tercera vez el otro hombre le dijo: "Ponlo en tu saco y mañana veremos qué es". Cuando llegaron a la pequeña aldea en que vivían, llamada Suyapa - en lengua india significa "lugar de palmeras" - vieron que era una imagen y se pusieron a rezar, y comenzaron los milagros, hasta que fue posible hacer una pequeña iglesia, y luego otra, y ahora tenemos una gran capilla.

--América Latina no carece de desafíos. Usted mismo ha dicho que la "globalización" es la glotonería de unos pocos, que están dejando a la mayoría al margen de la historia. ¿Podemos decir que esto es algo que se ha acusado especialmente hoy, sobre todo con la crisis económica?

--Cardenal Rodríguez Maradiaga: El Santo Padre ha indicado en repetidas ocasiones que es una crisis de ética la que ha dejado a la mayor parte de la población de nuestro mundo fuera. Al principio era como una marginación, no una exclusión. Hoy no hay ni siquiera un margen para ellos. Soy el presidente de Caritas Internationalis, por lo que sé que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha dicho que no hay dinero para aliviar la pobreza en el mundo. Siete mil millones de dólares habrían bastado y un mes más tarde dan 600 mil millones para salvar a algunos bancos del mundo, y no dejan de arrojar dinero al "saco" porque es un saco sin fondo. Todavía no han llegado al fondo y siguen arrojando y arrojando dinero en él. Si se dividen los 600 mil millones de dólares entre los 6.500 millones de habitantes del mundo... la pobreza desaparecería inmediatamente.

Cardenal Rodríguez Maradiaga: El cáncer latinoamericano, la corrupción
Entrevista con el prelado hondureño, presidente de Caritas (II parte)

ROMA, lunes 17 de enero de 2011 (ZENIT.org).- El cáncer más grave que aqueja a América Latina, según el cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga, es la corrupción de los políticos. Aún así, afirma, los jóvenes latinoamericanos, y los mismos pobres, son una razón para la esperanza y el optimismo.

El cardenal ofrece su análisis en esta entrevista de la que ZENIT publicó su primera parte el 16 de de enero.

-Recientemente hemos visto en América Latina un cambio hacia gobiernos más socialistas, como el de Chávez en Venezuela y Morales en Bolivia. ¿Se puede decir que estos gobiernos han llegado al poder por la frustración, más concretamente la frustración con la falta de justicia social y la pobreza? ¿Es eso lo que ha llevado a este cambio?

Cardenal Rodríguez Maradiaga: Sí, pero la principal razón, desde mi perspectiva, es la corrupción de los políticos. La enfermedad más grave de nuestros países en América Latina es que la mayoría de los políticos han perdido el verdadero concepto de la política y así ven el estado como un “botín para piratas”. Así que van a la política y, tras un periodo en el gobierno, pueden hacerse ricos para vivir el resto de sus vidas sin trabajar y sin miedo a consecuencias de la justicia. Este concepto de la nación como un negocio y de la política como negocio está mal, y por eso somos tan corruptos.

- Querría mencionarle una contradicción – que evidente también para usted: Vemos estos gobiernos socialistas que han sido elegidos basándose en su opción por los pobres. La Iglesia siempre ha tenido esta opción por los pobres y, aún así, estos gobiernos socialistas han comenzado a atacar cada vez más a la Iglesia en estos países. ¿Cómo se explica esto?

Cardenal Rodríguez Maradiaga: La contradicción es que, cuando comienzan este tipo de gobiernos, lo primero que desaparece es la libertad, la libertad de expresión, la libertad de información. Por ejemplo, en Venezuela todos los medios que no están con el gobierno han sido confiscados o se les ha hecho la vida imposible. Porque el gobierno sólo tiene una meta y no hay lugar para disentir. No hay lugar para libertad de movimiento y organización. Por eso, cuando la Iglesia ve estas cosas, tiene que denunciarlas. Así que esta clase de gobierno ve en la Iglesia a una enemiga porque la Iglesia no obedece a sus propósitos.

- ¿Se puede decir que hay una persecución contra la Iglesia católica en estos países?

Cardenal Rodríguez Maradiaga: Sí, y lo digo porque nos encontramos con frecuencia con estos obispos de diversas partes del mundo. Visité Ecuador para un congreso misionero y fui testigo de esta clase de persecuciones. Estuve en Perú y me encontré con algunos obispos de Bolivia que hablaban de ello. Incluso me encontré aquí, en Roma, con obispos de Venezuela y vimos que se da de hecho esta persecución.

- ¿Qué puede hacer la Iglesia como respuesta a esta situación actual, especialmente en un país en que la Iglesia es perseguida?

Cardenal Rodríguez Maradiaga: Lo que podemos hacer es ser solidarios con ellos y también denunciar a estos políticos. Yo lo he hecho a veces, y el presidente Chávez me ha atacado, pero no me importa porque es necesario decir la verdad. Y, por supuesto, este es otro aspecto de esta clase de gobiernos: no toleran la idea de que alguien pueda pensar de modo diferente a ellos. Creen que son los únicos que tienen el concepto exclusivo de la verdad, pero es todo mentira. Vea esa nación que es tan rica pero la pobreza y el hambre aumentan. Es una contradicción y es verdaderamente ridículo. Esto es una consecuencia de la falta de educación política de la mayoría de nuestro pueblo. En algunos sitios se compran los votos. En mi país, la gente, durante la mayor parte del año, no ve ni un penique hasta después de la cosecha. Algunos políticos vienen y les ofrecen digamos 50 dólares. Y ellos les votan y, desgraciadamente, esta es la situación.

- Usted ha dicho que no vamos a tener paz mientras aumente la pobreza. ¿Tenemos delante un futuro difícil puesto que, como estamos hablando, la pobreza está aumentando en América Latina?

Cardenal Rodríguez Maradiaga: Cuando no tienes trabajo y no tienes para alimentar a tu familia, ¿qué haces? Emigrar. ¿Ir a la tierra prometida del norte para aumentar tu pobreza? Ahora tienen todos esos muros, barreras y toda esa legislación contra los emigrantes. Se ocultan y no pueden trabajar y quienes les emplean son multados con dureza si emplean a estos emigrantes. Así que no son capaces de enviar de vuelta remesas a sus países de origen. Una vez nuestra economía dependía de estas remeses, pero ya no. Han disminuido muy rápido. Así que la gente recurre a la violencia, entra en las bandas, el tráfico de drogas – que, desgraciadamente, está floreciendo en América Latina – y el secuestro es ahora una industria. No hay paz social. Esto es trágico, y hemos perdido esta paz debido a la injusticia, porque no hay modo de ganarse la vida honestamente.

- Algunos países latinoamericanos han centrado sus estrategias de reducción de la pobreza a través del control de la natalidad. ¿Puede hablarnos hasta qué punto esta es una postura equivocada y de dónde viene?

Cardenal Rodríguez Maradiaga: Esto ha estado ocurriendo durante mucho tiempo – quizás 50 años – en el departamento de población de la ONU. Decidieron que crecíamos demasiado rápido. Así ocurrió en Honduras. En 1959 sólo había 1,5 millones de hondureños y ahora hay 7 millones, pero había despoblación debido a las guerras civiles. Hemos tenido un siglo de guerras civiles y enfermedades. Cuando mejoraron las condiciones sanitarias comenzamos a crecer, pero todavía hay despoblación en cuanto a país. Necesitamos trabajar para desarrollarnos. Hay una nación en América del Sur que comenzó con el control de nacimientos a principios de los cincuenta. ¿Cuál es el resultado? Nunca creció. Y no hay industria que tenga éxito sin consumidores. Son muy dependientes de los países grandes que los rodean. Esto es un error. Lo que necesitamos no es reducir los huéspedes que se sientan a la mesa sino aumentar las sillas para que la gente pueda sentarse a comer.

- Usted acaba de mencionar que la ONU tiene que ver con esto. ¿Diría usted que la influencia sobre la política del control de natalidad viene de dentro de los gobiernos locales o proviene de organizaciones como la International Planned Parenthood Federation (IPPF), que son externas pero imponen su política en el continente?

Cardenal Rodríguez Maradiaga: Esta es una de las peores organizaciones y no tengo ningún miedo al denunciarles porque están usando métodos muy sucios e incluso insultan a los que no están de acuerdo con ellos. Están apagando, a veces sobornando, y desinforman a la población. No necesitamos esto. Necesitamos ayuda para el desarrollo. No necesitamos sobornos que corrompan a la gente que está en el gobierno. Necesitamos recursos que se empleen a favor de la gente y que no destruyan a la gente.

- ¿Qué motivos tienen la IPPF y otras organizaciones? ¿Cuál puede ser su agenda en un continente como América Latina?

Cardenal Rodríguez Maradiaga: Han decidido que no somos buenos socios para sus negocios porque, como sabe, desde que nuestro continente es principalmente un continente católico, nunca aceptaremos su “filosofía”, que está contra la creación, contra Dios. No estamos a gusto con su forma de razonar, y por supuesto he dicho la verdad, y lo he dicho en las ONU. Por ejemplo, mi país decidió que el matrimonio es algo de acuerdo al derecho natural – la unión entre un hombre y una mujer. Como hay lobbies que no están de acuerdo con esto, presionarán a nuestro congreso, atacarán a la Iglesia diciendo que estamos equivocados, pero sabemos que no estamos equivocados y que queremos vivir en paz como seres humanos sin desviaciones.

- El aborto es actualmente un tema importante. Hay una gran presión sobre muchos de los países católicos de América Latina para parapetar el aborto tras las leyes. ¿Se puede decir que estamos perdiendo la batalla en este campo? ¿Considera que los gobiernos de los países de América Latina impondrán el aborto?

Cardenal Rodríguez Maradiaga: Están intentando hacerlo cada dos o tres años y tenemos que estar siempre alerta. He sido obispo durante 30 años y siempre me he opuesto y hablado de forma razonable con los representantes del congreso y, hasta ahora, podíamos parar esta clase de leyes, porque una vez que aceptas el aborto, el siguiente paso será aceptar la eutanasia. Este es su plan global. Así que, ¿cuál es su propósito? Destruir la vida. Esta es la cultura de la muerte contra la que Juan Pablo II siempre nos advertía.

- Usted ha dicho que ve y considera a América Latina como el renacimiento de la fe y el renacimiento de la Iglesia católica en el mundo. ¿Cómo puede ser tan optimista con tantos “problemas” como llegan hasta usted?

Cardenal Rodríguez Maradiaga: Porque somos gente de fe. Sobre todo los pobres. La Iglesia siempre ha hecho una opción por los pobres, desde Medellín en 1968 ha habido esta opción preferencial. Esta es la gente que viene a nuestras Iglesias. Apoyan la catequesis, los sacramentos y pedirán a la Iglesia que las dirija, no a la ONU.

- A la luz de este optimismo, usted cuenta una historia a sus seminaristas sobre el árbol caído en el bosque. ¿Puede hablarnos de esto?

Cardenal Rodríguez Maradiaga: Somos una nación joven. El cuarenta y dos por ciento de nuestra población tiene menos de 15 años. Y mucha gente dice que los jóvenes están perdidos. Hay demasiados en bandas. Yo dije “no”. Esto es lo que se publicó porque hace más ruido un árbol al caer en el bosque que la multitud de árboles que están creciendo. Por supuesto que oímos ese gran ruido pero no vemos que la mayoría de nuestros jóvenes son buenos y siguen a Cristo. Celebro el sacramento de la confirmación cada año y tenemos cerca de 10.000 – y esto es hermoso porque no son niños sino hombres y mujeres jóvenes que han decidido seguir a Cristo y vivir la vida cristiana. Así que nuestro principal desafío es cómo acompañarles tras la confirmación para que hagan una opción por la vida – por el matrimonio o la vida consagrada. Hay muchas, muchas razones para la esperanza y la mayoría de los jóvenes quieren seguir a Cristo.

En una ocasión usted dijo: “Tenemos que ser como vidrieras”.

Cardenal Rodríguez Maradiaga: Sí, porque, sabe, somos sólo como vidrieras que reflejan la luz que viene de Cristo y tenemos que ser como esas hermosas vidrieras en las grandes catedrales; llenas de luz y llenas de color para presentar la belleza de la vida cristiana a los jóvenes.



Esta entrevista fue realizada por Mark Riedemann para “Dios llora en la Tierra”, un programa semanal radiotelevisivo producido por la Catholic Radio and Television Network en colaboración con la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada. La traducción del original en inglés ha sido realizada por Justo Amado.