La noche de ayer (14/Oct/2009) fue y será una inolvidable para todos los hondureños, especialmente para los amantes del futbol, que al final casi significa lo mismo, un poco mas de 8 millones de personas (7 en Honduras, como 800 mil en Estados Unidos, 200 mil mas en Europa y otro tanto en el resto del mundo) que vivimos paso a paso una clasificación mas que sufrida.
Con un grupo de amigos ya habíamos hecho “sede” para ver los partidos la casa de mis papás, y con una ligera fluctuación éramos regularmente los mismos.
Anoche no fue la excepción y la única peculiaridad era que mientras mirábamos proyectado en la pared de la sala principal nuestro partido frente a El Salvador, en el Cuscatlán; en la sala familiar estaba simultáneamente viéndose el otro partido que nos interesaba, el Estados Unidos- Costa Rica, el que nos interesaba que los “gringos” no perdieran ya que, ganando nosotros, la combinación de resultados nos llevaba, por mejor diferencia de goles, al mundial.
Y es que la cosa se nos había complicado el sábado pasado, Honduras, jugando de local, perdió la oportunidad de dejar la cosa segura ya que en lugar de ganar o empatar, con lo que dejaba casi lista su clasificación, perdió en un agónico 2-3 que sumado a la falla de un penal a 5 minutos del final por parte de Pavón y varias goles errados prácticamente cantados durante todo el partido, había transformado el asunto en angustía.
Durante los primeros minutos de ambos partidos no se miraba como lográbamos el objetivo, a los 24 minutos en el partido paralelo ya Costa Rica ganaba 0-2 y nosotros ni siquiera habíamos llegado al marco contrario, la situación se fue así hasta el final de los 45 minutos. En el segundo tiempo la cosa no parecía cambiar pero en una genialidad de David Suazo, este recoge un balón por derecha y sin levantar la mirada, casi por inercia, colocó un balón a segundo poste donde llegó Carlos Pavón, el mismo que había fallado el penal 4 días antes, y la metió de cabeza.
Los hondureños celebramos, pero con algo de angustia, en ese momento la cosa en el otro partido había empezado a desviarse a nuestro lado, Estados Unidos había metido 1 gol, pero aún así no clasificábamos. El estrés de ambos encuentros nos tenía al borde de la desesperación, para rematar hasta a nuestro entrenador habían expulsado ante una protesta a mi criterio justa.
Nuestro encuentro terminó a los 90+3 y aunque nos salvamos de algunos ataques cuscatlecos terminó con el 1-0, ganamos y habíamos logrado lo que podíamos controlar, ganar nosotros. En el encuentro paralelo los ticos ya estaban pidiendo la hora, pero como también les habían expulsado a su entrenador y sumado a una lesión de un “gringo”, el árbitro había otorgado 5 minutos extras. Lo extraordinario llegó en un tiro de esquina, en la que debía ser la última jugada del partido y entró, si, Estados Unidos empató!
Sin duda ha sido el gol no hondureño más celebrado en la historia de nuestra afición y el minuto extra, después que sacaron los ticos, mas sufrido.
Al finalizar este partido empezó la celebración; la “sede” queda a 4 cuadras del bulevar Morazán, epicentro de todas las celebraciones futbolísticas en Tegucigalpa. En pocos minutos este pequeño bulevar de 3-4 Km de largo se saturó de vehículos y otras miles de personas celebrando a pie llegaban a cada momento; las colas de vehículos para subir al bulevar (literalmente, entre la casa de mis papás y el bulevar hay una diferencia como de 25 m de altura) pasaban de nosotros y se perdía en las calles de acceso. La fiesta se prolongó hasta mas o menos las 3 am cuando se fue disolviendo en el arranque de las actividades normales de la cuidad.
La nota fea cercana a nosotros fue que a Hena Cristina, mi hermana, y su esposo, se les metieron a robar en su casa (al suroeste de la cuidad y como a 25 Km de donde estábamos). Les llevaron varias cosas, desde las joyas de Hena, un juego Wii, una computadora portátil, un reproductor de dvd y hasta una botella de licor de su boda que guardaban recelosamente en la refrigeradora.
Al final, y pasando esta pena, que esperamos se resuelva, solo repito, como muchos aficionados emulando a Salvador Nasralla, el controversial periodista/ingeniero/aficionado… ESTAMOS EN EL MUNDIAL!
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